Con siglos de historia sobre sus cimientos, Valonia atesora algunas de las fortificaciones con más encanto del país, son imponentes castillos que por derecho propio se convierten en uno de los atractivos turísticos de más interés.
Bélgica es el país de los castillos, por algo es el que tiene más castillos por metro cuadrado del mundo, así que es un destino más que apropiado para descubrir los que fueron (o son) el hogar de reyes o nobles belgas, lugares de cuentos y leyendas o guardianes de tesoros arquitectónicos, históricos o mobiliarios. Valonia, región al sur de Bélgica, no es una excepción y su tierra está ‘salpicada’ por estas joyas fortificadas, que forman una parte innegable de su patrimonio.
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Castillo de Modave
Sobre una roca de 60 metros del valle del río Hoyoux, cerca de Huy, se alza esta magnificente fortaleza que ofrece unas grandes vistas a las 450 hectáreas ajardinadas que le ‘pertenecen’. Aunque data de la Edad Media, en el siglo XVII se demolió y fue reconstruido posteriormente, adaptando su estilo al de una casa de campo, rodeada de bellos jardines bordeados por rosas.
El interior del castillo cuenta con una veintena de salas y en una de ellas se encuentra un auténtico tesoro histórico: una rueda hidráulica que se cree que fue fabricada por Renkin Sualem y que sirvió de modelo para la construcción de la máquina de Marly.
Castillo de Reinhardstein
Ha sido el hogar de diversos señores feudales de Valonia des del 1354, aunque estuvo 150 años sin habitar y hoy, vive una segunda juventud gracias a su reconstrucción en 1969, de la mano de un profesor de Bruselas que se enamoró de la zona e incluso, de los mismos escombros. Desde entonces, se ha convertido en un museo que exhibe armaduras, tapices, pinturas, cofres o un imponente Salón de los Caballeros.
Sus alrededores se caracterizan por ser escarpados, y, por lo tanto, un reto para los amantes del trekking de nivel medio, aunque hay algunas zonas llanas donde es habitual la práctica de tiro con arco.
Castillo de Val Saint Lambert
Los 1.000 años de historia de la fortaleza -que empezó siendo una abadía- y el museo de cristalería que aguarda en su interior, son, probablemente, lo más espectacular de este castillo ubicado en Seraing, cerca de Lieja. Las exposiciones museísticas del lugar muestran una colección de 250 piezas de cristal, un recorrido por cinco esculturas acristaladas e iluminadas y un repaso por la historia del vidrio en un lugar de lo más excéntrico: las cuevas acondicionadas del castillo.
Castillo de Vêves
Un lugar de ensueño. Solo hace falta vislumbrarlo en el horizonte para ver que es la típica y bella fortaleza de cuento infantil, con sus cinco torres de acabado puntiagudo.
Pero no solo eso: el castillo rinde una auténtica oda a las fábulas, permitiendo a los niños vestirse de princesas y caballeros y que se sientan como los auténticos protagonistas del cuento. Es uno de los ejemplos más notables de la arquitectura militar del siglo XV; aunque su interior hace un cambio ‘radical’ y presenta una atmósfera refinada con mobiliario del s.XVIII, porcelanas originales y cuadros. Tiene visitas guiadas en español.
Castillo de Beloeil
El considerado el Versalles belga se encuentra en Valonia. Todo un hito y un apodo que realzan la magnificencia de esta fortaleza. Guarda una colección de objetos artísticos originales de los siglos XV al XIX. Aunque probablemente, su punto más destacado dentro de sus paredes es la biblioteca de más de 20.000 libros, que comprende ejemplares desde que se inventó la imprenta hasta la era contemporánea más actual.
Pero no se puede conocer el Castillo de Beloeil sin visitar también su jardín a la francesa y su estanque, que rodea la fortaleza. Las 25 hectáreas de verde pueden recorrerse con un pequeño tren que traza todo un recorrido para ofrecer un agradable paseo por este edén que todavía conserva y respeta el diseño original que data de 1664.
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