Sant Jeroni: el monasterio que custodia historias de papas y reyes en Valencia

Monasterio de Sant Jeroni de Cotalba
Monasterio de Sant Jeroni de Cotalba (Valencia). Autor: Héctor González/soloqueremosviajar.com

Borja (o Borgia), March, Trénor, Compte… son algunos de los apellidos ilustres que forman parte del antiguo monasterio de Sant Jeroni de Cotalba, la casa fundacional de los Jerónimos. Esta imponente edificación, cuyo inicio data de 1388, se yergue a ocho kilómetros de Gandia (Valencia), en el término municipal de Alfahuir, casi limítrofe con el casco urbano de Rótova, entre naranjos.

Sant Jeroni no tiene el renombre del castillo de Xàtiva, La Lonja de la capital valenciana o el Real Monasterio de El Puig de Santa María, enclaves también de la provincia de Valencia, pero, quizás por ese motivo, sorprende por los múltiples encantos y, sobre todo, la floreciente historia que custodian sus dos torreones.

Visitas de Felipe II y Felipe III

Las visitas de Felipe II y Felipe III, la férrea voluntad de 12 jóvenes de buena cuna que decidieron renunciar a sus comodidades terrenales para sumirse en la oración en un ambiente de austeridad, el arrojo y la perseverancia de María Enríquez, nuera del papa Alejandro VI, que contrató a los mejores artesanos de la época para dar lustre al monasterio…

Y así una larga lista de personajes insignes sumaron su vida al legado histórico del monasterio, como san Vicente Ferrer o los escritores valencianos Ausiàs March y Joanot Martorell, o el arquitecto Pere Compte, que pulió en Sant Jeroni el estilo que dota de personalidad a la Lonja de Valencia. O la familia Trénor, que lo adquirió tras la desamortización y que tiene en el edificio una armería que contrasta con el recogimiento del original claustro mudéjar o la sobriedad del refectorio.

Monasterio de Sant Jeroni (Valencia)
Monasterio de Sant Jeroni (Valencia). Autor: H. G. /soloqueremosviajar.com

La Última Cena y el Santo Cáliz

El recorrido por el interior del monasterio de Sant Jeroni entremezcla una buena porción de historia con dosis de detalles como los de la pintura de la Última cena, con la representación del Santo Cáliz en primera fila y una silueta femenina desnuda camuflada en el asa de una jarra. O curiosidades como las amplias celdas que llegaron a tener, en los mejores tiempos de la construcción, los 35 monjes que lo habitaron con sus hasta 180 criados.

Eso sí, para disfrutar de un paseo por la casa natalicia de una orden, la de los Jerónimos, a la que le queda en España un monasterio habitado, ubicado en la provincia de Segovia, hace falta o concertar una visita para grupos o acudir jueves y domingos a las 11.30 o sábados a las 10 horas. No existen más oportunidades si se quiere contemplar los arcos de Pere Compte en la cocina, observar los detalles de la recreación de la Última Cena en la almazara o dispersarse por sus fastuosos jardines con plantas de diferentes partes del mundo.

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