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Viaje por tierras sicilianas: Palermo, tan decadente como irresistible (1)

Panorámica de Palermo desde la Piazza de San Domenico

Panorámica de Palermo desde la Piazza de San Domenico

Palermo es nuestra puerta de entrada a la isla de Sicilia. Nos encontramos con una ciudad que es un museo a cielo abierto y que invita a descubrirla callejeando. Sus monumentos históricos son un reflejo de las muchas culturas que por aquí han pasado. Fundada por los fenicios, hasta aquí llegaron romanos, bizantinos, musulmanes o normandos, entre otros pueblos.

Y si la capital siciliana es monumental, también es decadente. Y mucho. Y es esto principalmente lo que la convierte en irresistible con sus estrechas y viejas callejuelas, edificios prácticamente en ruinas y ropa tendida en las fachadas.

Palermo te sorprenderá, al igual que sus barrios y sus gentes. Su encanto reside precisamente en que te puedes encontrar cualquier sorpresa. En muchos edificios, altares improvisados con vírgenes y santos, y en las aceras, vecinos que salen a tomar el fresco con sus sillas. Estas imágenes y otras igual de pintorescas nos acompañarán en todo nuestro recorrido. La capital de Sicilia es una ciudad tranquila y apacible, incluso a determinadas horas de la tarde se hace difícil casi encontrar gente por la calle.

Palermo tiene el tamaño perfecto para recorrerla a pie. El paseo nos conduce hasta la zona del puerto, cerca se encuentra la Piazza Marina, y estamos de suerte porque aquí los domingos hay un mercadillo en el que se vende de todo y podemos pasar el rato curioseando. Al  lado se encuentra el parque Garibaldi, y en su interior, varios bustos en mármol de personajes históricos, incluido el héroe nacional Giuseppe Garibaldi.

Recorriendo la avenida Roma, llama la atención el impresionante edificio de Correos. Haz una parada en la piazza San Domenico, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre y donde está enterrado el juez Falcone, icono de la lucha contra la mafia. Por cierto, esta iglesia es uno de los pocos sitios en la isla donde la entrada es gratuita.

Subiendo por la via Vittorio Emanuele te cruzarás con Los Quattro Canti, una plaza octogonal situada en el cruce entre los dos principales ejes de Palermo: Cassaro (hoy, via Vittorio Emanuelle, la calle más antigua de la ciudad) y la via Maqueda. Urbanísticamente este es el centro de Palermo. Merece la pena pararse para observar las estatuas de las cuatro estaciones, los reyes españoles Carlos I, Felipe II, Felipe III y Felipe IV y las cuatro antiguas Santas Palermitanas (Ágata, Ninfa, Cristina y Oliva).

Muy cerca de los Quattro Canti, en la Plaza Pretoria, se encuentra un monumento que define como ningún otro a Palermo: la Fontana delle Vergogne (Fuente de las Vergüenzas), conocido así popularmente ya que la consideraban la representación de la corrupción. Construida en mármol blanco de Carrara representa todo un universo de animales, seres mitológicos y divinidades, dando forma a uno de los lugares más llamativos de la ciudad.

A parte de la catedral de Palermo, otro de los monumentos más característicos es el teatro Massimo, la ópera más grande de Italia, y la tercera más grande de Europa. 

Casas palacio, un capricho muy siciliano

Pero si algo sorprende en Palermo es que tiene tantos palacios como iglesias. No exageramos si decimos que te vas a encontrar con uno en cada esquina. En la Vía Maqueda (una de los ejes principales) se encuentran el Palacio Grassellini, Comitini y el de Mazzarino. Pero uno de los más bonitos y de visita obligada es el Palacio de los Normandos, en su planta baja se encuentra la capilla Palatina, sus impresionantes mosaicos y esplendor dorado lo convierten en una parada obligatoria.

¿Te imaginas vivir en un palacio? Pues algunos palermitanos pueden presumir de ello. Los han remodelado y habitan hoy algunas de estas viviendas sicilianas, palaciegas y exquisitamente decadentes. Si tienes la suerte de que alguno tenga las puertas abiertas, no pierdas la ocasión de entrar en el patio (aunque en muchos te encontraras carteles donde se prohíbe la entrada a los turistas).

Del mercado a la mesa: comer como un palermitano

A las ciudades también se las conoce por sus mercados, y los de Palermo son un homenaje al color y una verdadera oportunidad para sumergirse en los sabores y el ritmo de la isla. Aquí encontrarás la verdadera esencia siciliana. Mercados como el de Ballaro, di Capo y Vucciria, situados entre edificios en ruinas, son un paraíso para los amantes de la cocina, que disfrutarán de lo lindo con el panorama que allí se expone y la inmensa variedad de productos que hay en sus puestos.

Si la comida está omnipresente en las calles de Palermo, también lo está en sus populares restaurantes, por lo que una parte importante del viaje es aprovechar para descubrir su exquisita gastronomía. Palermo está lleno de locales donde se puede comer a precios asequibles. Recuerda que estás en una isla, con lo que muchos platos tradicionales son de pescado (como el couscous, uno de los platos típicos de la zona). Te recomendamos cualquier foccacerie (tradicionales casas de comidas donde podrás elegir entre los platos del día, a menudo escritos en una enorme pizarra). En todos los restaurantes hay la costumbre de cobrar 2 euros por cubierto y comensal.

Y para tomar un café o una copa al atardecer sube a la terraza de las Galerias Rinascente (junto a la iglesia de San Domenico y frente al edificio de Correos), te esperan unas sorprendentes vistas de la ciudad. 

Qué visitar: Catedral de Palermo.  Precio: 15 euros, visita completa. Via Vittorio Emanuele.

Palacio de los Normandos: 12 euros verlo completo (estancias reales, capilla Palatina y la Mostra (interesante museo que muestra la historia siciliana). Piazza Indipendenza.

Mercados callejeros: La Vucciria, de lunes a viernes y de 10h-13h, Via Coltellieri 46. / Ballaro : 7h30 a 20h, hasta la 13h los domingos. Via Ballaro, 14. / Del Capo. 7h a 20h. Miércoles y domingo hasta las 13h. Via Cappuccinelle.

Dónde comer: Ostería Nona Dora, Piazza Colonna, 7. Raciones abundantes y precios muy asequibles. No te pierdas los arancini di rizo (una especie de croquetas de arroz) y de postre los tradicionales cannoli. Precio medio: de 15 a 20 euros por persona.

Trattoria Al Vecchio Club Rosanero. Menú del día. Precio aproximado: unos 15 euros por persona. Vicolo Caldomai, 18.

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