La tapa del peregrino: el paso gastronómico de El Camino del Santo Grial

Harina, agua y levadura para crear la masa, y cebolla al horno, un chorro de aceite de oliva, pimentón dulce de la Vera espolvoreado y una hojita de perejil ornamental. Con estos condimentos el Colmado de la Lola ha elaborado la tapa que ofrecerá de forma gratuita a los peregrinos de El Camino del Santo Grial que entren en su establecimiento.

El objetivo de la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial consiste en que esta tapa se extienda y se convierta en seña de identidad gastronómica de la ruta que nace en el monasterio oscense de San Juan de la Peña, donde permaneció durante siglos el cáliz con más verosimilitud (por su antigüedad) de ser el auténtico, y que concluye en la catedral de Valencia, donde se halla custodiad la citada copa sagrada en la actualidad y puede contemplarse en la capilla que recibe el mismo nombre: el Santo Cáliz.

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Esta elaboración alimenticia tiene como principal objetivo saciar al peregrino, que la recibirá de manera gratuita con solamente mostrar su credencial en el establecimiento hostelero que la ha ingeniado y que se halla a apenas 30 metros de la entrada principal del templo catedralicio valenciano.

Elementos principales de la tapa: pan, aceite y vino

“La base del producto es la misma que utilizaban para alimentarse los paleocristianos”, explica Ana Mafé, presidenta de la asociación cultural El Camino del Santo Grial. Mafé alude a tres elementos fundamentales de la nutrición de romanos y judíos de hace 2.000 años: pan, aceite y vino. Por ese motivo la tapa no se acompaña de refresco o cerveza (salvo que el peregrino la solicite), sino de una copa de tinto.

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En el caso del acto de presentación, el 23 de noviembre, se hizo con una de Las Dos Ces, que contiene vino de la variedad Bobal sembrada en Utiel-Requena y etiquetada por la bodega Chozas Carrascal. Para retrotraerse en el tiempo, Mafé ha hilado la degustación con una contextualización histórica explicando los cuatro brindis de la Pascua hebrea y la traslación del vino como símbolo de un elemento tan sagrado como la sangre de Cristo.

La degustación de esta tapa en Valencia podrá realizarse, de momento, hasta el 3 de diciembre, previa adquisición de la credencial de peregrino en la Botiga de la Seu, en la muy cercana plaza de la Reina de Valencia. Será el emblema gastronómico de la ruta que une el norte de Aragón con el centro de la Comunidad Valenciana. La tapa que deleite al peregrino una vez alcanzado su objetivo, la catedral de Valencia.

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