De Bidart a Hendaya, el País Vasco francés

La Capilla de Sainte-Madeleine, en Bidart. Autora: Aurélie Michel
El Océano Atlántico y la Capilla de Sainte-Madeleine, en Bidart (Francia). Autora: Aurélie Michel

Por Aurélie Michel

De Bidart a Hendaya, en el País Vasco francés, el camino domina el océano, entre acantilados y pueblos típicos, el mar y las montañas. France.fr te presenta diferentes lugares con unas vistas increíbles que no puedes perderte en el sendero del litoral.

Capilla de Sainte-Madeleine, en Bidart

A nivel de la playa de Erretegia, en Bidart, es donde empieza el sendero del litoral vasco para terminar en Hendaya, 25 kilómetros más lejos. Se puede recorrer en varias etapas, pero aconsejamos caminar siempre en dirección a Hendaya para poder contemplar las montañas.

Primer lugar con unas vistas magníficas: la capilla de Sainte-Madeleine. Construida en 1820 en la cima de un acantilado, domina la costa vasca. A continuación, llegamos a la playa del Centro, siempre en Bidart.

No lejos de la primera, otra capilla, la de Saint-Joseph domina el célebre spot de surf “Parlementia”. Los días con grandes olas es aquí donde está el espectáculo. Unos paneles explicativos nos permiten comprender cómo nacen las olas del océano Atlántico.

Puerto de Guéthary

Puerto de Guéthary (Francia). Autora: Aurélie Michel.
Puerto de Guéthary (Francia). Autora: Aurélie Michel.

A continuación, el sendero del litoral nos conduce hacia el pintoresco puerto de Guéthary. Nos detenemos en la playa para observar a los surfistas. En la época de buen tiempo, merece la pena sentarse en la terraza de uno de los cafés y restaurantes que ofrecen unas vistas fantásticas del océano.

Punta de Sainte-Barbe, en San Juan de Luz

Punta de Sainte-Barbe, en San Juan de Luz (Francia).
Punta de Sainte-Barbe, en San Juan de Luz (Francia). Autora: Aurélie Michel.

Tras pasar las bonitas playas de Lafitenia – célebre spot de surf – y de Erromardie, llegamos a la punta de Sainte-Barbe y la capilla del mismo nombre. Desde aquí, las vistas de la bahía y del pueblo de San Juan de Luz son increíbles. En el otro extremo de la bahía se percibe el fuerte de Socoa.

Unos acantilados majestuosos se alzan entre San Juan de Luz y Hendaya. Este tramo conocido como la cornisa vasca es uno de los más bellos del sendero del litoral.

Entre la carretera y el acantilado, ofrece a los caminantes -¡y a los automovilistas! – unos panoramas magníficos de las montañas, el océano Atlántico y las pequeñas calas situadas más abajo. Es bueno saber que una vez al año, a finales de septiembre, la cornisa vasca se vuelve completamente peatonal con motivo de la Fiesta de la Cornisa.

Propiedad y castillo de Abbadia, en Hendaya

Propiedad y Castillo de Abbadia, en Hendaya.
Propiedad y Castillo de Abbadia, en Hendaya. Autora: Aurélie Michel.

Al acercarnos a Hendaya, cruzamos la majestuosa propiedad de Abbadia. Aquí, el sendero del litoral serpentea a través de las verdes praderas y miradores nos invitan a admirar la costa, el océano y las pequeñas calas.

También percibimos el castillo de Abbadia, de estilo neogótico, construido a finales del siglo XIX para Antoine d’Abbadie. Pronto, aparece la bahía de Hendaya, así como los “Gemelos”, dos grandes rocas que se han despegado del acantilado por el efecto de la erosión. Se dice que pronto serán tres. Accesible a marea baja, la cala es un verdadero paraíso en miniatura…

Playa de Hendaya

El sendero del litoral termina con los pies en la arena, en la playa de Hendaya. Delante nuestro, el océano y las rocas de los Dos Gemelos, vistos desde abajo, esta vez.

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